Ayer asistí a una pequeña fiesta, el motivo: "Compartir con ustedes la felicidad de ser papas".
Habíamos alrededor de 40 personas, muchas de ellas desconocidas para mi, pero nos unía profundamente el motivo del festejo.
Los antecedentes, pues Mario tiene un primo mucho muy querido por nosotros al que le ha sido imposible, junto con su esposa, concebir un bebé, ellos intentaron infinidad de métodos, desde los mas cómodos hasta los mas dolorosos y costosos, durante un periodo de 10 años aproximadamente vivieron un tormento de muchos médicos, infinidad de tratamientos, pero lo mas difícil era la cantidad de esperanzas sembradas por los múltiples médicos, de llegar al fin a lograr un embarazo. Después de tan larga espera tomaron como opción otro método de lograr ampliar su maravillosa familia que consistía hasta hace unos días en el, ella y un mundo de amor para dar y darse, decididos comenzaron a gestionar la adopción de una beba, pues ellos como la mayoría de las parejas que toman este camino, quieren a un bebe lo más pequeño posible. El tramite fue sorprendentemente muy corto, a los dos meses de haberse decidido a adoptar ya tenían en casa a una flamante beba, lo maravilloso de esta historia que empieza a escribirse es que al corazón no lo manda nadie, la nena que era su opción tenia 3 años, algo crecida para sus deseos pero cuando ellos la vieron por primera vez se desencadeno un torrente de amor hacia ella, y hoy estarían dispuestos a todo por su pequeña.
La fiesta era para que la familia y amigos mas cercanos conociéramos a ese pequeño ángel que lleno sus vidas en un instante, todos estábamos ahí llenos de espectativa, de pronto el novísimo papá empieza a tratar de comentar su experiencia, con los ojos llenos de lágrimas, y su nena en brazos y junto a su esposa, que estaba plena, nos dice que la llegada de la beba era lo mas profundo que había vivido, cabe aclarar que el es una persona que expresa poco sus sentimientos, así que cuando todos veíamos esas lágrimas y escuchábamos sus palabras estábamos sorprendidos y conmovidos profundamente, por supuesto que su esposa no pudo articular palabra entre sollozo y sollozo. Realmente fue una fiesta mágica, que anuncia el maravilloso principio de un hogar que se lleno de golpe, cambiando sus deseos de adoptar un bebè pequeñito, a adoptar a una pequeña niña de tres años que con sus ojos y el corazon abierto logro llenarles la vida
Esta historia continuará.
1 comentario:
Que maravillosa experiencia ☺
Felicidades a los papás y a la beba ♥
xoxo!
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